Por una vez unámonos todos, por que las pocas neuronas que nos quedan están en peligro ante tan tamaña agresión a nuestro intelecto y sentido de la vergüenza ajena. Ayer encendí la tele...
Ayer encendí la tele y un terrible anuncio acercó una premonición a mi espíritu:
Gran Hermano celebra Halloween... - exclamé - ¡Sus muertos!
Tal como iban pasando las escenas por la pantalla, las nauseas iban siendo mayores. Una pandilla de retrasados mentales gritaban, saltaban aterrados y lloraban ante actores disfrazados. Lastima que el actor que portaba la motosierra no actuó como se le exige a un ser humano responsable para con su especie, practicándole la eutanasia a esos seres que padecen un más que severo síndrome de deficiencia mental.
La gente lo ve... ahí reside mi triste duda. ¿Estamos ante la inminente involución del género humano?
Yo propongo oponer resistencia. Tanta ciencia, tanta filosofía, tanta maravillosa literatura no pueden ser eclipsadas por semejantes decesos mentales. De ahora en adelante, y cada día más que el anterior, debemos resistir unidos contra el mongolismo galopante que asola al mundo.
Empecemos por algo muy sencillo:
No encendamos el televisor.
Ayer encendí la tele y un terrible anuncio acercó una premonición a mi espíritu:
Gran Hermano celebra Halloween... - exclamé - ¡Sus muertos!
Tal como iban pasando las escenas por la pantalla, las nauseas iban siendo mayores. Una pandilla de retrasados mentales gritaban, saltaban aterrados y lloraban ante actores disfrazados. Lastima que el actor que portaba la motosierra no actuó como se le exige a un ser humano responsable para con su especie, practicándole la eutanasia a esos seres que padecen un más que severo síndrome de deficiencia mental.
La gente lo ve... ahí reside mi triste duda. ¿Estamos ante la inminente involución del género humano?
Yo propongo oponer resistencia. Tanta ciencia, tanta filosofía, tanta maravillosa literatura no pueden ser eclipsadas por semejantes decesos mentales. De ahora en adelante, y cada día más que el anterior, debemos resistir unidos contra el mongolismo galopante que asola al mundo.
Empecemos por algo muy sencillo:
No encendamos el televisor.