Monólogo de Electra
Stavros Vavoúris*
Sorpresivamente me cautivaba la idea
de que podía expulsar personas y cosas como una lanza; que era posible que tomara forma de guillotina sobre nucas culpables que podía elevarme oscura como ciprés inalcanzable como destino.
La idea de que podía cruzar indiferente
con una satánica sonrisa imperceptible multitudes rabiosas y enfurecidas en mi contra me disolvía. Me atravesaba, con espasmos casi de placer, el pensamiento de que podía encontrarme en el último escalón del patíbulo con desprecio mientras una turba deslumbrada por el mal esperaría hasta el final que rompiera en sollozos.
Sorpresivamente me cautivaba
sí, me volvía loca la idea de que era posible que tomara el tono de ceniza irrevocable ensombreciendo y aniquilando la luz del sol que tanto la había encendido y embriagado. |
Versión de Francisco Torres Córdova
LEÍDO EN "LA JORNADA SEMANAL"