Quien quiere cambiar las cosas, busca la manera. Quien no, busca la excusa.
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15.1.13

Darnos un tiempo

nos dimos 30 puñales pa cortar pan los desayunos, recogimos los disfraces y nos fuimos al nunca jamás; Creyendo que apagarlo todo es la única manera de ver una luz verdadera entre nosotros.
Y todo es relativo cuando caes en la espiral de los quizás, de los olvidos, de los recuerdos tamizados.
 Pienso que no va a funcionar, prescindirás de mi y yo me acordaré de ti en otros brazos.

Y todo es relativo, aunque el dolor sea algo absoluto tangente, tangible, tan duro, tan humano y tan absurdo.

Creyendo que apagarlo todo es la única manera  de ver una luz verdadera entre nosotros; Siento que puede funcionar, que no prescindirás de mi, o al menos no hablaré de ti en otros brazos.

Retocado, un poco. Destramatizando...

13.1.13

Accordion Player

Daría cualquier cosa porque quisieras verme dormir al amanecer, a traves de una pequeña ventanita blindada, a cientos de kilómetros de distancia de mi, con algo como esto puesto...

Como no hace tanto. 



Un beso.

13.9.12

En mi Ausencia

No, no estoy en Babia ni buscando gamusinos; no, no vivo anestesiado, dormido, no pretendo ser tragado por el asfalto.
Recorro este cementerio de nácar y hormigón armado, de sajones y normandos; negros, rojos y blancos; de victimas y victimarios, de cáritas y bancos; camino, circulo con los ojos en blanco, y no es que esté castrado por el ruido, por el peso asesino y esclavista de las mastercards en mis bolsillos.
No soy otro rehén de este bromuro por exceso de cloro en mi agua, las hormonas en mi leche, los pesticidas en la fruta; No, ¡es qué no estoy dormido! No estoy derrotado o comatoso y no, no estoy soñando.
Es que yo, yo ya soy cambio, yo soy todo, y sóo un símbolo del fin de este mundo, de la vida que deviene de las manos y los pies ajados de las que aún no tienen un trozo de nube que echarse a la boca.
En toda mi debilidad, en mis ojos en blanco, en mi ausencia vuestro mundo ya ha muerto.

7.8.12

Espalda

Adoro tu espalda de luna
y tu lado oscuro
             (son la misma cosa)
balcón a tempestades de albahaca 
                    y semillas de almizcle,
cerrojo desterrado.

Adoro la pértiga de luz 

             que compartimos para escarbar
en los, a veces, ojos ciegos 
                                      de este mundo,
el balde cristalino de ilusiones implacables.
El canto lejano del águila hecha nebulosa.

Adoro tu sal, poema de aromas,

  el oceano bordado en tu mejilla
  y tu mano abierta contando soles
con las yemas de sus llamas,
hambre de profana inocencia y fiereza inane.

Vuela, ave sin nombre,

pues eres parte de los cielos.   

9.7.12

Un Minuto Cada Noche

Hay un minuto cada noche,
un minuto cada noche,
en que todo tiene un único sentido.
Un minuto en que estoy tan muerto que vivo,
    en que puedo estar podrido,
    en que puedo estar consciente.

Es el minuto de odiar cada puesta de sol
    y cada aullido a la luna;
De adorar a los demonios
        de las profundidades
        de las almas errantes
                                         de mi (in)existencia.

El minuto en que
     te sacaría el corazón con una mano
     sujetándo tus caderas con la otra.

Hay un minuto en cada noche
    para purgar cada deseo con fuego
    y para escupir a las brasas cada venenosa simiente de rabia.

Hay un minuto cada noche,
en que no hay contemplaciones.
En que podría clavarte a una pared
ignorando toda construcción mental
                                            racional,
torpes barreras ficticias
que impiden que te derrumbe en el muro,
                                          y a mi contigo
                                y a la pared,
                                que es fin,
                                        blanco, denso y tozudo,
                                         entre nosotros.
En que nos destruiría por puro amor.

Hay un minuto cada noche en que cerraría este círculo,
un minuto en cada noche,
Un minuto como este.







4.5.12

En el corazón de todo


Atas mi mano de caña, con tu mano de arena de playa
y brillante trigo,
y estoy libre, fresco, soy la ventisca.

Tomas mi pupíla por lago salado, y mi lengua,
sentido y alimento
para cosechar el maná de tu espalda y tus senos.

Haces rehén a mi mente, tu lúcido cañón en mis sienes
y soy converso convencido
a la ley del ave de papel y la marea rota del sueño cambiado.

Lleno de luz, desbordado.






¡Ahora hazlo parar!