Desgraciadamente, no estoy de acuerdo con la opinión más o menos general de la izquierda de tolerar el hiyab en las escuelas; y me siento hasta reaccionario por ello, dadas las corriente de opinión que se han formado a causa de este asunto.
Para mí, no sólo el hiyab, sino el hiyab y cualquier otro símbolo de índole religioso, deben estar fuera de las escuelas.
Según mi opinión, no se trata de una cuestión de respeto a las religiones y las culturas, que hay que tenerlo. En cambio, se trata de que la escuela es un ámbito público dedicado a la enseñanza, y debe ser un lugar de encuentro para alumnos y profesores lo más neutro posible.
Para mi gusto, incluso los uniformes deberían volver a ser obligatorios en la escuela pública, para evitar suspicacias, envidias, y discriminación entre clases. Con esta medida, la norma sería bien clara y diáfana para la capacidad de interpretación de cualquiera, no sólo en cuanto a símbolos religiosos, sino también respecto a gorras, minifaldas, marcas y, con vistas a muchos otros posibles conflictos relativos a la indumentaria.
Estos símbolos, además del valor cultural que para el Islam o la cultura marroquí puedan tener, también son, y esto es irrebatible, instrumentos de segregación.
Me parece muy triste que llevemos 30 años de democracia luchando por sacar los crucifijos de la escuela, y, por falta de rigor y sentido común, se esté no sólo consintiendo que la iglesia católica nos toree, sino que se introduzcan aún más símbolos religiosos en ella.
La escuela es el único lugar social que debería ser considerado verdaderamente sagrado, y su inviolabilidad debería estar por encima de costumbres, religiones, partídos políticos y demás. Empezando, ojo, de las costumbres españolas y la religión 'oficial', como los símbolos católicos, ya lo muestre un alumno, un profesor o la misma escuela.
Saludos.
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